- Democracia (separación de poderes)
- Estabilidad
- Desarrollo
Ya antes escribí sobre la ausencia de sustento jurídico del caso contra la Procuradora, así como los riesgos que las actuaciones del Procurador de la Administración (y ahora la Corte Suprema de Justicia) imponen sobre la totalidad de los servidores públicos del país y por lo tanto, sobre la salud institucional de la nación entera, por lo que sobre ello sólo diré que me ratifico de todo lo expresado aquí el 6 de enero recién pasado.
A quienes no opinan igual, les respeto, pero les pido que no descarten este análisis y que lo tomen en cuenta para futuras referencias, pues todos tenemos derecho a cambiar de parecer si las circunstancias y hechos varían.
La injerencia del Órgano Ejecutivo en temas de otros órganos del Estado pone en riesgo el sistema democrático de gobierno, el cual la gran mayoría de los panameños consideramos como el más adecuado y que además, de acuerdo con nuestra Constitución, es el fundamento jurídico de la República. Es decir, se encuentran en juego nuestras fundaciones, los pilares sobre los cuales se sostiene nuestro orden social. La esencia de la democracia es que el pueblo es el soberano para escoger a sus gobernantes, quienes sólo deben actuar para defender sus intereses. Como no hay garantías sobre el comportamiento humano, para asegurar que esos escogidos no den la espalda a los electores una vez se convierten en autoridades, el sistema funciona con poderes separados, de forma que NADIE pueda ostentar el poder total. No hay ser humano en la historia que haya sabido o podido manejar el poder absoluto. Quienes lo han ostentado siempre terminan cometiendo abusos, siendo su única víctima el pueblo. La mayor contradicción que ofrece esta realidad es que en muchas de esas ocasiones ha sido el propio pueblo el que consintió e inclusive alentó la concentración de poder, por considerar que con ello lograría justicia y prosperidad. No obstante, nuestra historia nos enseña que nunca algo bueno se originó de un abuso.
Pero lo que hace que estos hechos tengan una consecuencia práctica, es decir, que los conceptos de democracia y separación de poderes incidan de forma directa en nuestro diario vivir, es que una vez las reglas fundamentales del juego democrático son violadas se pierde de manera inmediata la ESTABILIDAD. La estabilidad es certeza, pero en un país en el que no se sabe cuándo ni en qué casos se aplica la ley, pues la misma se interpreta al margen de su propio texto y espíritu y sólo tomando en cuenta los intereses de quien detenta el poder, no puede existir certeza de nada. Entonces cada uno comienza a actuar sin consideración a reglas, entendiendo que las mismas ya no aplican y que los resultados dependerán de la fuerza y no de lo que sea justo o legal. Significa para ustedes algo la expresión LEY DEL REVÓLVER?, cuánto estamos retrocediendo?, cómo es posible que en el Panamá del siglo 21 estemos expuestos a la posibilidad de esta clase de retroceso?
Si continuamos en el curso actual la ausencia de reglas democráticas traerá inestabilidad y ésta a su vez resultará en una dramática disminución de la calidad de vida de todos los panameños. ¿ Alguien ha escuchado de alguna nación que haya logrado el desarrollo humano y material en ausencia de estabilidad política y social?, yo no y creo firmemente que eso no es posible.
Es por eso que para quienes creemos que el Órgano Ejecutivo sí se está inmiscuyendo en asuntos que corresponden a otros órganos del Estado, esta situación no tiene nombres ni apellidos ni se resuelve con interpretaciones "geniales" de la Constitución y las leyes, con "elocuentes" discursos de empleados estatales en programas de opinión o con comunicados de la oficina de prensa de la Presidencia. Para los ciudadanos que el gobierno no ha podido convencer estamos al borde de una crisis del sistema, la cual tiene el potencial de remover los cimientos de nuestra nación con consecuencias altamente perjudiciales para todos.
Todavía hay tiempo para recapacitar y retomar el camino democrático, evitando así el inicio de una serie de eventos sobre los cuales nadie tendrá control. Es cierto que en nuestro Panamá hay una enorme y muy justificada sed de justicia y me declaro colaborador de cualquiera que tenga como objetivo lograrla, pero esa justicia debe ser alcanzada dentro del orden y el imperio de la ley. De cualquier otra forma, el remedio será mucho peor que la enfermedad.
QUE ESTÉN BIEN!!
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