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viernes, 29 de enero de 2010

CUALQUIERA PUEDE SER RICHIE TRAAD

Hace ya algunos días vi en las noticias que Richie Traad fue absuelto y en consecuencia salió de la cárcel después de casi tres años de detención preventiva. Me hubiese gustado escribir sobre esto antes, pero todos los días pasa tanto en Panamá que se hace difícil establecer prioridades. El caso de Traad me ha hecho pensar en todas las personas que hoy están en su misma situación y en todos los que pareciera que estarán así en el futuro cercano.


No se trata de defender a nadie en particular, lo importante es observar lo que ya hemos hecho para evitar repetir errores en el futuro.

Tengo algún conocimiento, aunque limitado, de este caso y ello me lleva a sacar ciertas conclusiones, las cuales aclaro que son meramente especulativas pues no las puedo probar.

Creo que el caso Traat es muestra de dos situaciones:

  1. Por la intención de condenar a una persona por hechos que no se le pueden probar, se le acusa de cualquier otra cosa que se cree más fácil de demostrar o sabiendo que el resultado será de absolución, se le acusa de todos modos para que los rigores del proceso penal se constituyan en la pena que el actor intelectual de la trama considera que el acusado debe cumplir a toda costa.
  2. Los fiscales y jueces aplican, sin ningún tipo de apego a la ley, la medida cautelar más grave, es decir, la detención preventiva, la cual se constituye de ese modo en una especie de pena, aunque el acusado finalmente sea absuelto.

Es evidente que si mis especulaciones terminan siendo fundamentadas, todos los ciudadanos de este país corremos un grave peligro, pues este tipo de proceder elimina en la práctica la garantía fundamental de la presunción de inocencia.

De ese modo, nada importará si eres inocente de lo que se te acusa, pues de todos modos vas a ser humillado, se destruirá tu reputación y lo peor de todo, perderás tu libertad por un tiempo indeterminado.

En sistemas avanzados, como en Estados Unidos, por ejemplo, poco importa a los fiscales la percepción que la comunidad tenga sobre un individuo o el deseo que un gobernante o funcionario tenga de verlo tras las rejas. Todo lo que los fiscales analizan y toman en cuenta antes de formular cargos es si en efecto pueden probar su acusación. Por eso, la gran mayoría de los casos que llegan al conocimiento de los fiscales en Estados Unidos son rechazados por los mismos, aun cuando el fiscal considere en su fuero interno que el acusado es culpable.

Esa es una de las características de la democracia y del respeto al principio de presunción de inocencia, la cual nos molesta a todos enormemente y con toda razón cuando resulta en que alguien a quien percibimos como malo queda libre, pero que a su vez es la única garantía para que nadie pueda abusar el sistema y meter en la cárcel a un inocente.

No defiendo personas, defiendo la institucionalidad, la legalidad y las garantías de todos los ciudadanos, pues el respeto a esos conceptos básicos de la democracia es lo único que nos mantiene LIBRES.

QUE ESTÉN BIEN!!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Comparto su opinion. Quien le resarce al absuelto su reputacion y lucro cesante luego de años de detencion/encarcelamiento?

Creo que deberia haber una especie de poliza de seguro, para que las personas que sufran esto, al menos reciban una compensacion economica.
Esta poliza tambien puede forzar a las autoridades a ser menos arbitrarios.
Saludos,
Ruben

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario y la gran pregunta es como evitamos esto y cuanto le cuesta al erario público estos arrestos que a la postre no logran condena.
Sencillo, que todos los fiscales sean evaluados anualmente para ver cuantas de sus detenciones preventivas resultaron en un fiasco de tal manera que si llegan a un número predeterminado de casos fallidos sean destituídoc