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lunes, 24 de mayo de 2010

PARECE QUE SON SORDOS

La gran mayoría de los políticos panameños actúa a contrario sensu de lo que la población pide, lo que nos dirige hacia un estado de decepción total, con todos los riesgos que eso implica.

El gobierno nacional sigue tomando medidas que son únicamente propagandísticas y para satisfacer la psiquis popular. El gran temor es bajar en las encuestas y cualquier promesa, por enormes costos que la misma implique, es aceptable si la popularidad se mantiene o sube. Ante esta triste realidad la oposición, en lugar de tratar de cambiar ese rumbo mediante el debate y la crítica constructiva, recurre a burdas maniobras de difamación que hasta un ciego puede detectar.

Cualquier persona sensata sabe que alguien está enviando desde Panamá la información que sigue apareciendo en un supuesto diario en Costa Rica y evidentemente no es el gobierno. Lo realmente atroz es que por el deseo egoísta de manchar la imagen del gobierno a toda costa, los autores de esta trama estén comprometiendo la imagen de todo un país. No tengo aprecio alguno por la impunidad, pero tampoco doy valor a la calumnia. Mientras el autor intelectual de esas publicaciones no tenga suficientes elementos probatorios para presentar una denuncia formal, su deber es guardar silencio.

Hay muy poca inteligencia en la dirigencia opositora, pues si su interés es demostrar que el gobierno no está cumpliendo sus promesas y nos está dirigiendo de mala manera, sólo hace falta cuestionar objetivamente sus actuaciones diarias.

Sólo ayer, un acto que se suponía fuese, entre otras cosas, un llamado de atención a nuestras autoridades, fue hábilmente aprovechado por ellas para hacerse propaganda gratis y conseguir un gran respiro mediante el nuevo plazo de tres años impuesto por el señor Presidente.

Él prometió en campaña solucionar la inseguridad del país en cuanto fuese Presidente y no cuatro años después. Muchos creímos que lo podría hacer, sin embargo, a un año de gobierno la situación sólo ha empeorado y parece que se pondrá peor.

Tengo la experiencia suficiente para analizar los signos que me indican lo anterior. Participé de una gestión gubernamental que falló en la solución de este problema y conozco los factores que nos llevaron al fracaso. En este gobierno no sólo se están repitiendo los errores anteriores, sino que se están profundizando y se han agregado algunos.

Para quienes algo conocen este tema no hay correspondencia alguna entre la promesa de hacer de Panamá el país más seguro de América y las medidas que se han anunciado. Un simple ejemplo son las visas a "todo el mundo" que mencionó ayer el señor Presidente. Primero, no es cierto que la mayoría de los delitos graves y violentos son cometidos por extranjeros y además, ese documento no es lo que servirá de freno a los delincuentes foráneos que quieren penetrar nuestras fronteras. Si la visa no lleva consigo una comprobación real del estado judicial del individuo que aplica para la misma, ninguna efectividad puede tener. Sin embargo, implementar visas a todo el mundo será una medida de propaganda que dará una impresión inicial de eficacia, pero que probará ser totalmente inútil.

Así mismo ocurrirá con otras medidas como los indultos a policías acusados de homicidio sin haberse comprobado su culpabilidad o inocencia, lo que sólo promueve la impunidad y los abusos o la implementación de leyes "más fuertes" que únicamente aumentarán penas, pero que jamás serán impuestas a nadie.

Parece que el gobierno está tirando al aire con una escopeta para ver si algún perdigón por casualidad o suerte da en el blanco o lo que es peor, sencillamente para hacer ruido y que todos pensemos que "están trabajando".

Reunir a la sociedad civil y recibir de ellos una serie de propuestas, así las mismas se conviertan en leyes, tampoco traerá paz. El problema de la violencia y la inseguridad es uno que sólo se puede resolver con planes integrales, que se apliquen durante el ejercicio de diferentes gobiernos y que hayan sido elaborados por científicos y profesionales capacitados en dicha materia. Por muy buena voluntad que todos los no expertos podamos tener, debemos entender que nuestra capacidad para proponer soluciones viables y efectivas está limitada y que de ese límite en adelante el espacio es para los profesionales.

Espero estarme equivocando y que, aunque otra sea la impresión que dan sus actuaciones, el gobierno esté entendiendo los mensajes claros del pueblo, en especial en materia de seguridad. El cese de las promesas sin sentido ni base en la realidad sería un excelente comienzo. El inicio de una discusión científica que tenga como objetivo redactar la política criminológica del Estado panameño sería aun mejor.

Por el contrario, interpretar la marcha de ayer como un espaldarazo al gobierno y como la firma de un cheque en blanco para que se cometan arbitrariedades que vulneren el estado de derecho, afecten el respeto a los derechos humanos o causen erogaciones excesivas y sin control de los dineros públicos sería un gigantesco error que traería sus consecuencias.

QUE ESTÉN BIEN!!

viernes, 7 de mayo de 2010

ALGUIEN ESCUCHA?

A un año y algunos dìas de las màs recientes elecciones presidenciales, puedo observar fenòmenos importantes que indican un cambio de forma de pensar y por lo tanto de exigencias del electorado.

En general se confirma que la gente està cansada de lo que perciben como los polìticos de siempre, definidos como personas mentirosas que ademàs de hablar mucho, hacen poco. Y digo que se confirma porque ya ha pasado suficiente tiempo despuès de las elecciones como para que si los resultados que se dieron hubiesen sido sòlo el producto de una demencia colectiva temporal, tuviesemos una larga lista de arrepentidos, lo cual, por lo menos desde el punto de vista de los resultados de las encuestas, no parece ser el caso.

Los datos publicados indican que la gran mayorìa de las personas considerò y sigue considerando a Martinelli como un polìtico diferente y que por ese solo hecho estàn dispuestos a perdonarle muchas cosas que tal vez a otro le reprocharìan. Escuchando a la gente, concluyo que, entre otras cosas, lo que les hace distinguir positivamente al Presidente es su pragmatismo.

La realidad que reflejan las encuestas debe ser un llamado de atenciòn para todos los polìticos panameños, tanto de gobierno como de oposiciòn. A los primeros los debe hacer conscientes de que la paz, la tranquilidad y el desarrollo del paìs dependen de que ellos satisfagan las altìsimas espectativas que los ciudadanos tienen de su gestiòn y que ellos mismos han ido creando. Muy pronto no bastarà con anuncios y discursos y la ùnica respuesta agradable a la gente seràn resultados concretos.

A la oposiciòn las encuestas nos tienen que llamar a romper con todos los anteriores paradigmas de la polìtica criolla, haciendo de nuestro ejercicio de esa ciencia una actividad mucho màs simple y transparente, fundamentada en la bùsqueda del bien comùn y en nada màs.

Lamentablemente, creo que ninguno de los dos grupos està leyendo el claro mensaje que los habitantes de este paìs nos estàn mandando. El gobierno piensa que puede seguir viviendo del cuento, de los slogans y de las imposiciones arbitrarias y la oposiciòn cree que puede llegar a convertirse en una alternativa viable de poder aplicando los mismos mètodos de antes y presentando como sus representantes a los de siempre o a algunas "caras nuevas" pero de alma vieja, quienes son iguales o peores que los dinosaurios.

Si seguimos en la direcciòn actual tendremos a un pueblo frustrado al lìmite, producto de una desilusiòn màs, que peligrosamente no tendrà esperanzas en un futuro cambio por la via democràtica. Este serà el caldo de cultivo perfecto para experimentos polìticos tan nefastos como los que hemos visto darse en paìses tan cercanos como Venezuela.

El pueblo hablò y sigue hablando alto y claro, si los polìticos no queremos escuchar, seremos los ùnicos responsables de los males que ello pueda traer.

QUE ESTÈN BIEN!!