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jueves, 11 de febrero de 2010

¿ES NECESARIA LA REFORMA TRIBUTARIA?

Esta es la interrogante que debería ser la base de la actual discusión. Empezar a debatir sobre el fondo de la reforma antes de contestarla es como entrar a un almacén y que el vendedor pretenda negociar precios cuando todavía no hemos decidido qué es lo que queremos comprar.

En mi ejercicio profesional y político he participado activamente en tres reformas, algunas tributarias y otras fiscales, dos desde posiciones en el Ministerio de Hacienda y luego el de Economía y Finanzas y otra más como representante del mayor partido político de oposición de aquél momento.

Habiendo apoyado en el pasado otras reformas como funcionario, sería inmoral ahora decir que porque no estoy en gobierno la actual reforma es mala. No obstante, pienso que sí tengo derecho a analizar si la misma se justifica o no.

Sin embargo, no puedo dar la espalda a la realidad y dado que pareciera que la "discusión" está pronta a culminar en la asamblea, me permito compartir con ustedes algunas consideraciones sobre el contenido de la reforma propuesta por el gobierno para luego ir a lo que es lo realmente importante:


  1. La reforma propuesta, contrario a lo que dice expresamente la propaganda pautada por el gobierno NO es fiscal, sino tributaria, pues nada estipula con respecto al gasto público.

  2. La reforma sí rebaja el Impuesto Sobre la Renta, pero vale agregar que este impuesto hoy en día está excento para más del 90% de los contribuyentes.

  3. Al reducido porcentaje de contribuyentes que se vean beneficiados por la rebaja del ISR le tocará devolver al Estado una suma superior, via el aumento del ITBMS. De lo contrario la reforma no tendría sentido, siendo su objetivo declarado aumentar la recaudación.

  4. El pueblo o las personas con menor capacidad adquisitiva sí consumen y mucho más que en otros países, por lo que sí se verán afectados por el aumento del ITBMS, ya sea de forma directa o indirecta.

  5. Ese sector de bajos ingresos recibirá el golpe financiero sin ninguna protección, pues ellos ya están exentos del Impuesto Sobre la Renta, por lo que la rebaja del mismo no les beneficia en nada.

  6. La decisión de aumentar el ITBMS se basa únicamente en que es el impuesto más fácil de cobrar y más difícil de evadir. No es cierto que se trate de un impuesto "justo", pues todos los técnicos y expertos, así como la literatura pertinente lo reconoce como un típico impuesto regresivo, es decir, injusto para los que menos ingresos producen.

  7. Esta reforma no elimina el CAIR, sólo le cambia el nombre, hace que su pago sea por adelantado y lo aplica a quienes ya de por sí no calificaban para pagar por el método tradicional. Es decir, se le elimina sólo a aquéllos que nunca lo pagaron.

No considero que las características enumeradas hagan a la reforma mala o buena, se trata únicamente de una descripción. Para calificar la reforma, entendiendo que la misma va a sacar dinero de las manos de los ciudadanos para ponerlas en las del gobierno, lo vital es determinar si esta transferencia de dinero de un bolsillo al otro es justificable o no.


Nos llegó la hora de perder la inocencia y despertar a la realidad de que cada una de las promesas de campaña del gobierno tiene precio y que además ese precio no lo pagará nadie por nosotros. Si queremos que se cumplan esas promesas tenemos que pagar con nuestro propio dinero. El Metro no lo pagará el gobierno, tampoco paga el gobierno los 100 a los 70 ni las becas y mochilas escolares y mucho menos los 5 millones para poder ir al mundial de fútbol 2014.

Siendo nuestro dinero el que se va a gastar, justo es que cada uno haga su análisis costo/beneficio y decida si estas son buenas ideas o no, pero lo más importante es que manifieste públicamente su conclusión, sea cual sea. Si no lo hacemos, otro decidirá por nosotros y podríamos terminar pagando por cosas que no queremos, que no hemos pedido o peor, que no nos sirven. No podemos olvidar que nuestros gobernantes han mostrado una tendencia a sacar promesas de la manga cada vez que hay problemas, por lo que es necesario que pongamos en práctica algún tipo de control ciudadano. De otra manera, los costos financieros pudiesen llegar a ser impagables.

Todas las reformas que buscan aumentar ingresos cuestan dinero a los ciudadanos, lo que las hace buenas es que el gasto realizado resuelva necesidades prioritarias. Como lo manifesté en una entrada anterior, lo importante no es cumplir tareas, sino alcanzar objetivos.

QUE ESTÉN BIEN!!


AHORA LAS FARC NOS HABLAN...

Me encantaría estar equivocado cuando preveo cualquier situación peligrosa o dañina para otras personas o para el país entero. Lamentablemente ese no ha sido el caso con respecto a mi escrito anterior sobre este tema.

El comunicado de las FARC, del cual hemos tenido conocimiento recientemente, pone de manifiesto que, independientemente de lo que haya ocurrido en realidad, ellos interpretan que por primera vez en la historia Panamá ha tomado partido en esta guerra que no le corresponde. El solo hecho de que esa organización se dirija al Estado panameño es a la vez preocupante y vergonzoso.

Preocupante porque, para quienes hemos lidiado con estos temas, el comunicado constituye una clara amenaza, aunque no haya sido directa y vergonzoso porque la actuación del gobierno panameño nos ha llevado a relacionarnos con un grupo de los más violentos, despiadados e inhumanos de la historia, quien se dirige a nosotros como si fuésemos iguales. En pocas palabras, el gobierno nos ha bajado de nivel.

Que quede claro que no critico de manera alguna la defensa de nuestro territorio, pues considero que es uno de los más nobles oficios en los que un panameño se puede involucrar, además de ser un sagrado deber constitucional, legal y sobre todo, moral. Lo que me parece incorrecto es el cambio de perspectiva, el cual nos ha llevado a ser parte de una guerra ajena. Una cosa es sacar a cualquier intruso de nuestro territorio, sea quien sea, venga de donde venga y utilizando nuestros propios criterios y métodos y otra muy distinta es establecer procedimientos especiales y en conjunto con otra nación para cuando los intrusos pertenecen a una determinada organización.

La defensa del territorio panameño no se puede llevar a cabo tomando en cuenta los intereses de ningún otro país, ello se tiene que hacer de acuerdo a lo que le es más beneficioso a Panamá, inclusive si ello no es lo mejor para nuestros vecinos. Así es como se ha hecho en el pasado y nos ha dado excelentes resultados, entonces ¿por qué cambiar ahora?. ¿acaso se busca un acercamiento con alguien más?, ¿tal vez con un país más grande? ¿o será que el gobierno nos quiere "alinear"?. Si ese es el cálculo, mi opinión es que los peligros y consecuencias negativas serán mucho mayores que los beneficios y lo peor es que los primeros en pagar el precio de esa decisión serán humildes panameños.

La retórica de los funcionarios al hablar de este caso no contribuye a calmar las preocupaciones que muchos tenemos, mas bien las empeora. Hemos sido testigos de lo que en buen panameño se conoce como "rofeo", lo cual resulta improcedente en general y sobre todo en situaciones en los que no hay como apoyar las palabras con hechos.

Si la estrategia de defender el territorio panameño basada en el diálogo y en el uso de la fuerza sólo como último recurso hubiese fallado en el pasado yo entendería todo este peligroso cambio, pero esa no es la realidad y sinceramente yo prefiero la vida de cualquier panameño a mil felicitaciones de mil presidentes, ministros o generales extranjeros.

No tratemos de entrar a un juego para el que no estamos preparados y en el cual no tenemos ninguna necesidad de participar. Recordemos también que en estos menesteres existe lo que se conoce como "el punto de no retorno", lo cual no permite recapacitar una vez se llega al mismo. De allí en adelante habremos entrado en el mismo círculo vicioso en el que se encuentra nuestra vecina Colombia, el cual sólo produce muerte, desolación y pobreza.

QUE ESTÉN BIEN!!