Es penoso que ninguna de las dos campañas de oposición tengan voceros capaces de defendernos de las más básicas mentiras que utiliza el gobierno para promover la candidatura oficial. Ya que los que se supone que están compitiendo para obtener mi voto no me defienden yo lo haré.
Hay muchas falsedades que el gobierno repite esperando que se cumpla el enunciado del líder de la propaganda Nazi, Joseph Goebbels, de que una mentira repetida mil veces se convierte en realidad, pero hay tres que son las más perversas.
1) Que nada hicieron los gobiernos en los últimos 40 años
2) Que el mejor gobierno es el que más gasta
3) Que cualquier progreso que el país haya logrado desde 2009 a la fecha es gracias al gobierno
Señores de la oposición, si ustedes permiten que estas tres cosas se "conviertan" en realidad no sigan gastando su tiempo y recursos y entreguen el poder a Cambio Democrático ya, pero si lo que necesitan son argumentos, aquí con gusto se los doy.
Es obvio que el Panamá de 2009 era muy superior al de 1973. Los progresos en términos de soberanía territorial, niveles de vida, alfabetización, acceso al agua potable, indicadores de salud, comunicaciones, puertos, servicios financieros, logísticos, infraestructura y un largo etcétera son innegables. De hecho, el Panamá de hoy sería imposible sin el avance logrado en esos 40 años. Hoy sólo se agranda o se mejora lo que ya estaba hecho, lo cual tiene mérito, pero debe ser analizado en su justa medida.
Por otro lado, si gastar fuera sinónimo de buen gobierno cualquiera sería buen Presidente. Pero la realidad es otra y hoy vemos sus consecuencias tanto en Europa como en Estados Unidos. Cada uno de esos países que está en quiebra o en recesión tuvo su época de gastar a manos llenas, sin seguir un orden de prioridades, sin criterios de sostenibilidad y sobre todo, sin importar los precios.
Cuando se analizan las recetas del desastre siempre se llega al ingrediente principal, presente en todos los casos, el gasto excesivo y sin control. Lo peor es que la historia muestra que nunca son los despilfarradores los que pagan las consecuencias de sus actos, sino gobiernos posteriores, los que reciben países en situaciones precarias y a quienes les toca aplicar medidas responsables, pero siempre impopulares.
Les aseguro que quienes vociferan que el el mejor gobierno es el que más gasta no piensan igual cuando se trata de la empresa privada. Allá sí creen en priorizar, en ser conservadores y sobre todo en nunca pagar ni un centavo más de lo justo y necesario.
Finalmente, atribuirle el progreso entero del país en los últimos 4 años al gobierno nacional es un insulto a todo aquél que se levanta día a día para dar su mejor esfuerzo por su familia y por su país. De hecho, es al revés, el progreso del país se debe en mucho mayor medida a lo que hacen los ciudadanos, la empresa privada, los gremios, las instituciones no lucrativas, etc. que a la actividad del gobierno.
A ningún gobierno se le puede culpar de una mala situación económica por la que esté atravesando, pero tampoco se puede atribuir la bonanza. Y es que los procesos económicos toman tiempo para desarrollarse, por lo que cada gobierno goza o sufre la situación que le crearon los anteriores. Es decir, todavía no podemos saber si este gobierno tomó buenas o malas decisiones económicas y financieras.
No creo que logre mucho con haber escrito esto, pero valió la pena porque me siento bien. Me defendí de las mentiras que pretenden ponerme una venda en los ojos para que no tenga la capacidad de tomar una decisión inteligente en mayo de 2014. Ya que nadie lo hace por mi, tocó.
QUE ESTÉS BIEN!!
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