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martes, 15 de septiembre de 2015

CARTA AL PRESIDENTE VARELA: MI BUS



Señor presidente, la idea de su gobierno consistente en que el transporte metropolitano sea un servicio público brindado por el Estado me parece valiosa.  También encuentro mucho sentido en dar a una empresa de reconocida trayectoria mundial la administración de esta actividad, entendiendo que la misma no tendrá nada que ver con inversiones, ganancias o pérdidas sino que será como un empleado más.

Sin embargo, la manera en la cual usted y su gobierno han llegado a ese punto es extremadamente cuestionable.  Parece que, como ya es costumbre, todo lo que usted le criticó al gobierno de Martinelli está bien si es el suyo el que lo hace.

Falta de Transparencia

Al dar la supuesta cifra de la “compra” usted menciona cuarenta y nueve millones de dólares (US$49,000,000.00), sin embargo, oculta todo el costo de asesorías, pasivos laborales, financieros y otros.  Investigando me dicen expertos que la cifra real se acerca más a los doscientos sesenta millones de dólares (US$260,000,000.00).  Le parece a usted que esos doscientos once millones de dólares (US$211,000,000.00) de diferencia son poca cosa?, o que “el pueblo primero” es muy tonto para entender?

Podría explicarnos si las asesorías que le dieron varias empresas privadas al Estado panameño en esta transacción fueron llevadas a concurso o si se escogió de a dedo a los asesores?  Lo que no necesita explicarse es que la empresa administradora sí fue seleccionada por su dedo o el de alguien, pero no fue por licitación.  Lo peor en este sentido fue su explicación:  que la empresa es buena y tiene fama mundial.  Esos parámetros no están en la ley de contrataciones públicas señor presidente.  No dudo de la capacidad de esta empresa pero sí le aseguro que hay muchas otras en el mundo con iguales o mejores credenciales y que haberlas puesto a competir nos hubiese conseguido un mucho mejor precio y condiciones.

El Pueblo de Último

Contrario a su slogan de campaña y que ha seguido usando como si siguiera en la misma, la compra de Mi Bus puso al pueblo en último lugar.  Y es que los millones pagados de más a la empresa harán falta para muchas cosas que el pueblo sí necesita, como agua, comida barata, trabajos, educación y un largo etcétera.

Como nos quedó claro después del gobierno de usted y Martinelli, gobernar no es gastar.  Eso lo puede hacer hasta un niño de 8 años.  Para gobernar efectiva y eficientemente es vital ahorrar y priorizar.

El Estado gastó millones en unas cuestionadas indemnizaciones para sacar a los diablos rojos de circulación, sin embargo, usted decide volver a pagar a esos mismos choferes que ni siquiera van a ser despedidos y conservarán su estabilidad laboral.  Quién paga esa generosidad?....de seguro no es usted.
En ese mismo sentido, Mi Bus incumplió el contrato en múltiples ocasiones y formas, lo cual le consta a todo el pueblo panameño que sufrió y sigue sufriendo el mal servicio de ellos.  Pero usted prefiere comprar su empresa quebrada en lugar de rescindir el contrato e iniciar de cero una nueva empresa, sana y bajo el esquema propuesto.  Nuevamente, quién paga todos esos millones de más?  Usted y todos lo sabemos, es el pueblo el que paga, paga por una empresa quebrada e ineficiente y le paga a personas no por un buen trabajo, sino por haberlo hecho mal.  Con qué moral le pedimos entonces al pequeño y mediano empresario panameño que sea serio y eficiente?

Señor Presidente, la época de la patria boba ya pasó, este pueblo sabe cuando lo engañan y ya no se conforma con tiernos discursos en tono de sermón dominical.  Las acciones son lo que cuenta y su gobierno no va por buen camino.

QUE ESTÉ BIEN!