Lo que a la mayoría de los panameños nos pareció el inicio de una
nueva era, en la que se haría justicia igual para todos, se ha ido desdibujando
y hoy pareciera que es sólo un esfuerzo por dar circo al pueblo y por castigar,
a como dé lugar y sin juicio previo, a quienes el gobierno del presidente
Varela considera enemigos.
Investigar y procesar en debida forma a todos los sospechosos de
haber cometido delitos contra el Estado panameño es imperativo. La aparente magnitud de los atracos cometidos
lo hace inevitable y ya estábamos cansados de que nunca ningún gobierno tuvo la
voluntad política para perseguir a los corruptos. Sin embargo, no importa que tan mala imagen
tenga alguien ni cuántos indicios haya de su culpabilidad, todos tienen derecho
al debido proceso y a que se respeten sus derechos humanos.
Para ser transparente debo decir que tengo amigos, así como
conocidos privados de libertad en esta ola de detenciones que se ha dado
últimamente y como abogado les he asistido y me he familiarizado con sus casos y
con los de otros detenidos y el común denominador es el mismo, el abuso de la
figura de la detención preventiva y el irrespeto a mucha de la normativa penal
y procesal.
En algunos casos pareciera que se le imputan cargos a una persona,
aun sabiendo que no cometió ese delito, con el único propósito de conseguir que
señale a otros, que son a quienes el fiscal realmente quiere sentar en el
banquillo. Eso no es legal y por tanto constituiría un vulgar secuestro.
En otros casos da la impresión que hay sospechas de que alguien
cometió un delito grave, pero como no se encuentran las pruebas suficientes se
le detiene por otras causas menores, buscando aplacar a la opinión pública y
hacerlo confesar el delito con mayor pena.
Se están dando incluso graves violaciones a los derechos
humanos. En la DIJ de Ancón hay un
pequeño cuarto de reconocimiento en el que no caben más de cuatro personas y al
que no entra la luz solar. En ese cuarto no hay baño y los detenidos tiene que
orinar todos en una lata y cuando la misma se llena escogen a uno para que vaya
al baño y la vacíe. Ahí se come en el piso porque no hay espacio para más y lo
peor, los detenidos están encerrados las 24 horas. Sólo salen para bañarse,
cuando tienen visita o si necesitan defecar.
En esas condiciones hay personas como el ex ministro Oscar Osorio, quien
tiene más de dos meses detenido en ese siniestro lugar.
Lo más grave es que todos estamos en riesgo de sufrir estos abusos,
pues basta con una simple acusación, con haber, por ejemplo, recibido o
cambiado un cheque, para caer en el hueco, como pareciera le pasó al periodista
y abogado Julio Miller.
Y eso lo confirma la escueta respuesta que da siempre la señora
procuradora y sus fiscales para justificar todas las detenciones: Que se trata
de un delito grave y que admite la detención preventiva. Bajo esos simples parámetros mañana me acusan
de sedición por haber escrito este artículo y me mandan para el cuartito de
reconocimiento de la DIJ, pero vale la pena el riesgo porque callar ante las
injusticias es igual que cometerlas.
Señor Presidente Juan Carlos Varela esta es la condición de miles
de detenidos preventivamente en todo el país, no sólo la de los acusados por
supuestos delitos cometidos durante el gobierno pasado y está en sus manos
detener el Terror.
Usted nombró a la señora procuradora y si bien no debería tener
injerencia en casos particulares, sí tiene la autoridad para exigirle a ella y
a sus fiscales que respeten el debido proceso y que sus actuaciones se apeguen
estrictamente a la ley.
Ante el clamor de muchos por los abusos que se están cometiendo,
usted ha respondido que no puede hacer nada, pues le digo algo que su equipo
jamás le dirá pero que yo sí le puedo expresar con mucho respeto y ejerciendo
mi función de opositor responsable a su gobierno: Eso de que usted no puede
hacer nada al respecto nadie se lo cree.
Los afectados lo responsabilizan de manera directa por todo lo que está
pasando, esa es la realidad. No sé si
eso es justo o no, pero es la verdad.
A los afectados no les interesan los buenos deseos o las
estampitas religiosas, sino que usted salga públicamente a exigir al Ministerio
Público el respeto al Estado de Derecho, que salga al paso de los crecientes rumores
sobre una justicia selectiva. Hágalo por el bien de su gobierno y por el bien
del país, pero no con palabras huecas sino con argumentos y acciones.
Lo peor que puede ocurrir en este país es que las violaciones de
derechos y el apresuramiento que se tiene por condenar sin juicio previo a
ciertas personas, produzcan la nulidad de los casos que hoy tanto se
publicitan.
Todos los ciudadanos decentes de este país queremos que los que
robaron al Estado o abusaron de su poder temporal paguen por lo que hicieron,
pero recuerde señor presidente que la detención preventiva no es una pena, es
sólo una medida cautelar excepcional que se debe aplicar como último
recurso. Que se denuncie a todos los que
haya que denunciar, que se les investigue y que se le mande a la cárcel si se
comprueba su culpabilidad en un juicio justo, pero que no se pretenda adelantar
el castigo. De acuerdo con la ley y
debido al principio de la presunción de inocencia, lo normal es que los
acusados estén en libertad mientras se da su investigación y juicio y ello en
nada impide que luego sean condenados a prisión.
Qué preferimos?, que los culpables se queden presos por unos días y que luego queden libres por el resto de sus
vidas y disfrutando de lo robado debido a tecnisismos o que se respeten sus
derechos y sean condenados en juicios justos a años de prisión y a devolver los
bienes mal habidos?
Pareciera que los fiscales se encuentran bajo una gran presión
política y que eso los está llevando a armar casos muy débiles y del otro lado
hay ejércitos de abogados bien pagados y preparados y sin presión alguna para
hacer las cosas, quién creemos que va a ganar si continúan estas
circunstancias?
Señor presidente Juan Carlos Varela hacer las cosas bien, tomar el
camino correcto demora más pero es lo único que traerá paz y cambios reales y
duraderos a nuestro país y de paso no olvide lo que nos enseñó un gran sabio
mexicano, “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”.